POR QUÉ RENDIRTE, PUEDE SER EL ACTO QUE LLEVE TU VIDA AL SIGUIENTE NIVEL?
Si eres emprendedor, seguramente ya habrás escuchado a muchos coaches, mentores y líderes decir que el único camino para tener resultados en la vida es “No rendirte”.🤔
Hace días vengo hablando de la RENDICIÓN y cómo “rendirte” ante una situación realmente puede ser el mayor acto de valentía; esto no quiere decir que no haya que esforzarse o ser diligente con nuestros objetivos..⚡
Pero, cuando nos “rendimos” y soltamos, nos abrimos a la posibilidad de que en realidad no tenemos el control de las cosas y que por lo tanto tenemos que dejar de “luchar”, porque es ese sentimiento de lucha constante lo que te puede estar alejando de la plenitud.🔥
Y te preguntarás… Sebas, ¿pero cómo esto me puede ayudar a ir a un siguiente nivel?
Te voy a dar 3 razones:
- Te permite estar en el momento presente, libre de exceso de pasado y exceso de futuro, esto te lleva a sentir más gratitud por lo que tienes hoy, sin afán de resultados.
- Aprendes a soltar el control Cuando te entregas a una situación le das paso a la sanación, lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma.
- Puedes experimentar la vida de forma más plena Elevar tu energía te permitirá conectar con cosas positivas y atraerá hacia ti todo lo que deseas.
- Te permite estar en el momento presente, libre de exceso de pasado y exceso de futuro, esto te lleva a sentir más gratitud por lo que tienes hoy, sin afán de resultados.
Así que si en este momento de tu vida sientes que estás luchando en alguna situación: RÍNDETE.
Ríndete de ese trabajo, ríndete de esa relación o amistad que no te deja avanzar, para ir hacia a una versión más exitosa, plena y abundante.
Entender esto ha sido un camino de sanación y despertar y conectar con la única fuente de bienestar y felicidad plena: Dios. Toda esta información la comparto con ustedes a través de mis D´vocionales
Es por eso que si quieres aprender más de espiritualidad te invito a ver este contenido, que podrás encontrarlo en las CARDS de mi KLINKERT BOX.
Dios te bendiga,
Sebas Klinkert